Es el mamífero terrestre de mayor tamaño de ese continente. Las hembras son siempre más pequeñas que el macho. La cabeza de estos rumiantes es bastante más gruesa y tosca que la del bisonte europeo; su frente es más ancha, el tabique nasal más arqueado y las orejas más largas.
El cuello, corto, alto y estrecho, sobresale hacia la cerviz, que es bastante prominente, formando luego una línea muy inclinada que desciende hasta la base de la cola, gruesa y corta; el cuerpo es muy ancho en la región torácica y se adelgaza hacia la parte posterior. Las patas son relativamente cortas y delgadas.
A diferencia del bisonte europeo, que prefería vivir en los bosques, el americano fue un animal típico de las grandes estepas conocidas con el nombre de praderas. Es probable que mucho tiempo atrás viviese también en los bosques, y que al irse restringiendo su área de dispersión acabase estableciéndose definitivamente en las praderas.
La época del celo de estos animales se presenta en los meses de agosto y setiembre: entonces todo el grupo da muestras de una gran inquietud; los macho luchan entre sí hasta que el vencido cede el puesto al vencedor.
Las hembras dan a luz un becerro en cada parto, sólo raras veces dos; el parto se produce entre marzo y julio, y alguna vez incluso a principios de agosto. Unos días antes, la hembra se retira a un lugar bien resguardado, donde luego criará al becerro hasta que esté lo suficientemente robusto para poder agregarse al rebaño.
El bisonte aunque parezca tosco y pesado, se mueve con cierta ligereza y puede cubrir grandes distancias manteniendo constante la velocidad. Trota de prisa y con zancada larga, y cuando galopa es tan veloz que incluso un buen caballo no consigue adelantarlo. Es, además, un excelente nadador, demostrando en el agua la misma fuerza y resistencia que caracteriza todas sus acciones.
En verano, la hierba jugosa de las praderas le ofrece comida suficiente y abundante, mientras que en los meses invernales ha de contentarse con un alimento más bien escaso, constituido por ramas y hojas secas, líquenes y musgos. Pero para este animal el agua es tan indispensable o más que la comida: en efecto, ya sea por la mañana o por la tarde, los bisontes han de beber en abundancia.